Creatividad y Expresión
"...no es sólo registrar y reconocer el mundo exterior a través de las puertas de los sentidos, sino también interpretar CREATIVAMENTE el mundo interior y verterlo al exterior."
C. G. Jung
C. G. Jung
jueves, 15 de mayo de 2025
El Manipulador
Para que un manipulador encuentre a su víctima propiciatoria sólo requiere unos
cuantos datos del que será su chivo expiatorio. Mientras realiza la tarea
monótona y repetitiva dando una imagen de ausencia y concentración, los que
están a su alrededor hablan creyéndose en un lugar de intimidad. Esa tarea le
proporciona la escucha atenta de la información que requiere para su siguiente
estrategia. Los que están en su entorno, encontrarán de pronto una réplica que
les indique que siempre estuvo atento a su conversación. Ofrecerá una ayuda, un
contacto, un vehículo, una dirección o una frase existencial que leyó hace algún
tiempo. Un manipulador no suele tener como objetivo una única víctima, serán
muchas, tantas como necesidades deba cubrir y estas suelen ser de amplio
espectro. La mejor víctima propiciatoria será la que esté más aislada y más
herida. Esa será la que goce del nefasto privilegio de ver su despliegue. Se
acercará a su víctima en escucha, registrará todo aquello que necesite para
convertirse en aquello que la víctima requiera en su aislamiento y dolor y
entonces se convertirá en la imagen viva del ideal de su víctima. La víctima
siente que acaba de encontrar a un aliado, alguien que se ajusta a sus
necesidades y va cediendo progresivamente. Si la estrategia no va como el
manipulador tiene en mente, usará lo escuchado para dar a entender a la víctima
que es la que propicia su propia victimización creando confusión y desgaste. Si
esto es efectivo y así el manipulador va logrando sus objetivos, será su piedra
angular donde depositará toda su estrategia. Será como esa madre que prepara
amorosamente el alimento a sus hijos para sentarlos a la mesa y después les
reclama la atención reprochando que apenas se ocupan de ella después de tanto
sacrificio, como el que ha de pagar una cuota por la vida concebida. Irá creando
una sensación de culpa en sus hijos porque nunca logran ser lo suficiente para
esa madre carente de vida por haberla otorgado. Se irá construyendo una cárcel
psicológica donde la manipulación emocional, siempre tintada de enfermedad y
miseria que, por supuesto siempre se te atribuye, será el germen de una
dependencia patológica que castrará cualquier intento de libertad y libre
manifestación. Así se construye un manipulador manipulado; una educación basada
en el chantaje emocional, en la amenaza que crea una tela de araña al principio
pegajosa y después imposible de escapar donde sabes que serás devorada minando
tu confianza, tus destrezas, tu fuerza...así te verás debilitada, denostada,
humillada y agotada porque cualquier intento de escape es una tarea inútil. Una
forma de hacer que se lleva ejerciendo desde hace siglos con las religiones, con
los Estados... con la idea preestablecida de cómo se ha de ser y sentir y
comportar. Cuando son estas grandes palabras (religión, estado...) es fácil de
entender pero, ¿cómo te explicas que te has puesto a disposición de una
manipulador para que ejerza su poder sobre ti si se llama madre o pareja o jefe
o amigo..? eso, eso es “harina de otro costal” y eso, eso es la harina con la
que amasarás el “pan nuestro de cada día”. (Foto de Escultura "Mamá" de Louise
Bourgeois)
Texto de Marisa Alonso
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