
"QUIEN TE ENTIENDA QUE TE COMPRE
En la intemperie del recuerdo, con brillos de rocíos de memoria y amaneceres de nostalgias de futuros, me arranco una lágrima y la seco.
Como sé que te gusta el arroz con leche, te paso un ladrillo por debajo de la puerta. Canela en rama y una buena patada en el culo. Receta inevitable para el olvidador que se perdió en el olvido. No te olvides que alguien te recuerda y sólo por eso aún palpita eso que, a veces, llamas corazón.
¿Estás perdida?; no te olvides de mi olvido. Esto son lentejas: si quieres las coges y sino… chuletas para el próximo examen existencial para el cual, siento tener que decirlo, no estás preparada.
Contra las cuerdas y el peso pluma, pesado como una mosca, te golpea en la cara. Morados y demás sensaciones de un tiempo perdido que te olvidaste de contabilizar.
Quien te entienda que te compre y sino que venga Dios y lo vea. Dios está cansado de tus plegarias y otros santos sin reconocer. Estampitas debajo de la lengua para no toparte con un impulso cansino que te terminará perdiendo.
Carcajadas y vómitos múltiples y cojones en vinagre. ¡Esto no hay quién lo aguante!. Ahora tú eres una santa. Mártir de tu vida y de tu hipoteca. Casita a las afueras con jardines de Geranios. Las sábanas huelen a otra, la otra que es una puta. Pero tú seguirás siendo una santa. ¡Quién te entienda que te compre!.
Un cartel a las afueras que reza: EN VENTA."
Entonces sale a escena una tercera mujer entonando una réplica a este texto. Quizás es otra hermana. El público desconoce que une a estas tres mujeres. Esta última tiene un tono más conciliador, como si en su discurso obligase a la otra a tomar conciencia de su absurda actitud. Como si, a su vez, le recordase que no está exenta de miserias. La que antes daría de comer a su madre ya no aguanta la lágrima y la deja deslizar lenta por sus mejillas.
Después romperán a reír pero ese es otro cuento…

MAÑANA SERÁ OTRO DÍA
"Ábrete los ojos de las manos. Ciérrate los labios de los párpados. Anúdate la garganta del ombligo y recuerda que estás vivo. ¿No respira acaso tu vientre si descubres a los lejos una mirada que hace estremecer?; ¿Es que has vomitado ya el último bocado de esperanza?. Quieto. Silencio. El oxígeno te enrruida las narices. Quién iba a decirlo: ¡si aún estás!. ¿Podrás mañana llamarte por tu nombre y reconocerte?. Encógete de orejas y enmemoria tu simple recuerdo. Espectros alucinógenos de sombras luminosas. Eres tú del otro lado.
En la acera de enfrente un taxímetro levanta bandera: patrias con telas multicolores. Relaja tu bocanada de dióxido de carbono. Aún subsistes en este holograma de mundo.
¿Por qué no gritas?- te pregunta el nudo
Porque me he tragado la vida. Respondes sin preguntas. Que fácil nostalgia del pasado pasado de moda.
Las rebajas en la vuelta de la esquina. Una mujer en la esquina de la vuelta. Demasiadas vueltas. Empacho de esquina. Coge la mano que ofrece el billete. Bésala con dulzura. Asesina tu corazón y cómetelo. La luna ya no te reconforta.
Buenas noches: mañana será otro día."