Creatividad y Expresión

"...no es sólo registrar y reconocer el mundo exterior a través de las puertas de los sentidos, sino también interpretar CREATIVAMENTE el mundo interior y verterlo al exterior."

C. G. Jung

sábado, 13 de noviembre de 2010

La calidad del movimiento; movimiento con calidad

"La expresión del movimiento viene determinada con la calidad con la que esta se desarrolla...Las diferentes interrelaciones entre el uso de la gravedad y el antagonismo muscular, darán lugar a las calidades básicas de movimiento. La utilización y el conocimiento consciente de estas calidades básicas, enriquecerán sobre manera los registros emocionales y expresivos" (Expresión Corporal-Arte del Movimiento. Mercedes Ridocci)


Foto Escultura Camile Claudel
"¿Quién eres? ¿Dónde estás? No puedo verte. No puedo tocarte. Ni oírte… Me sorprendes cuando no te espero y me acunas en un suave vaivén lleno de arrullos. No puedo olerte. No puedo degustarte. Ni besarte… Me dejo llevar en tu envoltura mientras la fragilidad de cada esquina de mi cuerpo se des-hace en tu movimiento. Me atraes como un amante apasionado y tu fuerza me arrastra en la caída resbaladiza de mis piernas, de mi vientre, de mis senos. Vacías mis ideas y llega hasta mí tu reconocimiento de mí misma. No puedo abrazarte, no puedo cogerte. Ni mirarte… Muéstrate, susúrrame un segundo al oído antes de que el aire nos borre. Mi movimiento muere en ti desde donde nace y detienes el paso del vacío que me atraviesa hasta provocar el vértigo de mi locura. Eres una nada compleja que me inunda de una consciencia suavemente dibujada en cada pliegue de mi existencia. Densa como el lodo, voluble como el humo, frágil como la luz, fuerte como la noche. Tu contundencia me solivianta porque me sacude en mi crisálida con detenimiento tejida. Arrasas mis saberes y me devuelves a mí misma repleta de ti.
¿Quién eres? ¿Dónde estás? No puedo verte. No puedo tocarte. Ni oírte… Silenciosa como la mansedumbre del mar al atardecer. No me hablas, no pronuncias palabras que me enreden, sólo me arrastras hasta ti y desde ti deseo levantarme; mi cuerpo está dolorido de sentirte, mi alma sacudida de abrirte. Ahora ya no soy la misma. Ya no soy la de antes, hace tan sólo un segundo me movía segura y tú te muestras imperturbable ante mi insignificante presencia. Me arrastras hacia ti, el útero de mi existencia… El suelo que me apoya, apuntala cada jirón de mis huesos y se resiste a abandonarme; sin él me siento casi efímera como el titilar de una estrella en el cielo. Pero tú…, tú me sostienes y arraigas en mi propio descubrimiento.
No puedo abrazarte, no puedo cogerte. Ni mirarte…
Sin embargo, te siento".


Geovanna (Alumna del Taller Creatividad y Expresión Corporal).

Sensaciones plasmadas en palabras sobre clase relacionada con la gravedad y el antagonismo muscular.



martes, 12 de octubre de 2010

La puesta en escena

Tras el discurso almibarado de la hija que alimenta a la madre ausente, la segunda mujer sale a escena. Su gesto es contundente, sus reproches son como cuchillos que hieren a cada palabra. La hija que antes daba de comer a su progenitora, contiene la lágrima que está por brotar. La escena es tensa, dibuja un ambiente de familiaridad. Un lugar que concebimos propicio para lanzar esa sarta de reproches en abstracto. La otra mujer acusa con rabia, con desprecio. Lo hace porque la quiere demasiado. ¿Cuántos entre el público sentirán en su interior resonar la escena presente…?





"QUIEN TE ENTIENDA QUE TE COMPRE
En la intemperie del recuerdo, con brillos de rocíos de memoria y amaneceres de nostalgias de futuros, me arranco una lágrima y la seco.
Como sé que te gusta el arroz con leche, te paso un ladrillo por debajo de la puerta. Canela en rama y una buena patada en el culo. Receta inevitable para el olvidador que se perdió en el olvido. No te olvides que alguien te recuerda y sólo por eso aún palpita eso que, a veces, llamas corazón.
¿Estás perdida?; no te olvides de mi olvido. Esto son lentejas: si quieres las coges y sino… chuletas para el próximo examen existencial para el cual, siento tener que decirlo, no estás preparada.

Contra las cuerdas y el peso pluma, pesado como una mosca, te golpea en la cara. Morados y demás sensaciones de un tiempo perdido que te olvidaste de contabilizar.

Quien te entienda que te compre y sino que venga Dios y lo vea. Dios está cansado de tus plegarias y otros santos sin reconocer. Estampitas debajo de la lengua para no toparte con un impulso cansino que te terminará perdiendo.

Carcajadas y vómitos múltiples y cojones en vinagre. ¡Esto no hay quién lo aguante!. Ahora tú eres una santa. Mártir de tu vida y de tu hipoteca. Casita a las afueras con jardines de Geranios. Las sábanas huelen a otra, la otra que es una puta. Pero tú seguirás siendo una santa. ¡Quién te entienda que te compre!.

Un cartel a las afueras que reza: EN VENTA."




Entonces sale a escena una tercera mujer entonando una réplica a este texto. Quizás es otra hermana. El público desconoce que une a estas tres mujeres. Esta última tiene un tono más conciliador, como si en su discurso obligase a la otra a tomar conciencia de su absurda actitud. Como si, a su vez, le recordase que no está exenta de miserias. La que antes daría de comer a su madre ya no aguanta la lágrima y la deja deslizar lenta por sus mejillas.

Después romperán a reír pero ese es otro cuento…




MAÑANA SERÁ OTRO DÍA

"Ábrete los ojos de las manos. Ciérrate los labios de los párpados. Anúdate la garganta del ombligo y recuerda que estás vivo. ¿No respira acaso tu vientre si descubres a los lejos una mirada que hace estremecer?; ¿Es que has vomitado ya el último bocado de esperanza?. Quieto. Silencio. El oxígeno te enrruida las narices. Quién iba a decirlo: ¡si aún estás!. ¿Podrás mañana llamarte por tu nombre y reconocerte?. Encógete de orejas y enmemoria tu simple recuerdo. Espectros alucinógenos de sombras luminosas. Eres tú del otro lado.

En la acera de enfrente un taxímetro levanta bandera: patrias con telas multicolores. Relaja tu bocanada de dióxido de carbono. Aún subsistes en este holograma de mundo.

¿Por qué no gritas?- te pregunta el nudo

Porque me he tragado la vida. Respondes sin preguntas. Que fácil nostalgia del pasado pasado de moda.

Las rebajas en la vuelta de la esquina. Una mujer en la esquina de la vuelta. Demasiadas vueltas. Empacho de esquina. Coge la mano que ofrece el billete. Bésala con dulzura. Asesina tu corazón y cómetelo. La luna ya no te reconforta.

Buenas noches: mañana será otro día."

domingo, 10 de octubre de 2010

Reflexiones sobre proceso de composición "Un, dos, tres..."

…esa soledad

En el momento previo a que todo comience, observo la distancia que hay entre ell@s y yo. En ese momento, me siento sola. Pienso en la cantidad de veces que, aún estando cerca de alguien, lo sientes tan lejos. Entonces todo comienza. En el primer giro, caras amables, jugando, sonriendo, disfrutando. Vuelvo a ocultar mi mirada satisfecha, contenta, con una cierta sensación de que todo está en su lugar. En cada giro, me muestran una pequeña transformación. Como si una nube negra lo cubriese todo, van poco a poco mostrando su sombra. No quiero que se acerquen. Es casi una necesidad de protegerlos; ¿es que creen que a este lado se estaría mejor?, ¿por qué luchan por ”llegar”?. En cada giro, me gustaría gritar: ¡no os acerquéis!, ¡Permaneced inmóviles!, ¡Seguid jugando!...pero ya es demasiado tarde. Se han convertido en lobos. Ya no ven al otro, ya no me ven, ya no se ven, ya están condenados a ocultar su miseria como yo misma oculto la mía y corro para no verlos, para no verme. Entonces, de nuevo, la soledad, esa que nos persigue cada día. Esa soledad de los semáforos, de los transportes, del caminar en la gran ciudad. Esa soledad del anonimato, de lo perecedero, de lo cotidiano. Ya no hay vuelta atrás. Ocult@s al otro y a lo otro, cada cual se encierra en su propia soledad….esa soledad.
Quizás por el frío, quizás por la dinámica, de pronto, me quedo en un silencio, con los brazos tapando los ojos, escondiéndome. Entonces, sólo puedo ver un poco, a través del hueco, el suelo de la sala. Así me quedo un tiempo que me resulta eterno y descubro lo agradable que es estar así, al margen de todo lo que ocurre alrededor. Entonces, surge una imagen ancestral: un pequeño hueco entre la cama y la pared. Un espacio ínfimo donde sólo una niña puede entrar. Allí, escucho lo que ocurre fuera y no me muevo, algo me apabulla, me amenaza. No deja de ser un juego pero me siento protegida. Así, inmóvil pero atenta, pongo toda mi atención en un punto de luz que llega desde el pasillo. Veo con los oídos y no me muevo. Probablemente aquello que me amenaza no está fuera, sino dentro. Eso lo descubriré después, con el tiempo.
Vuelve la imagen de la sala, los sonidos de los otros que siempre te dicen dónde estás y dónde ubicarte. Recupero la dinámica. No me apetece correr; no siento necesidad. Hace frío y me duelen los pies. Aprovecho los silencios de los otros, todos ocultos, tras sus propios brazos, para observar. Pienso “si ellos no me ven, entonces puedo observarlos”. Cuando los veo en su personal forma de desaparecer me pregunto: ¿desde hace cuánto que estoy ausente?; ¿Llegaré alguna vez a abandonar el hueco entre la cama y la pared?...después, aparece otro pensamiento: una frase que he leído y que siempre me ha llamado la atención: “el que ve siempre es visto”.

“La contradicción”

Siento un inmenso placer ocultándome; me resulta tan cotidiano que me hace acomodarme. Disfruto de la necesidad de permanecer así, sin ver, sin comunicar, sin estar en el otro. Es un estadio uterino, ancestral, la sensación de la cueva, de la burbuja. Los movimientos sutiles, lentos, casi imperceptibles, como si en lo súbito, algo de su misterio se perdiese, se difuminase. Me inquietan los ojos que me hacen evidente; no quiero que me vean, no quiero ver. Es la necesidad de protegerse, de proteger, “si no lo veo, no existe”. “Si tú lo ves, me harás partícipe” y te evito; no quiero verme en el reflejo de tus ojos, me sentiré expuesta y no me gusta. Corro, huyo, busco un lugar a salvo, donde poder permanecer escondida, esperando que alguien me descubra.


De cara a la pared, ojos tapados, se oyen los pasos avanzando… “un, dos, tres al escondite inglés”. Estatuas que dejan dilucidar, por su actitud, la intención del avance. Los ojos expectantes, la risa contenida…”un, dos, tres al escondite inglés”. “¡Llegué!”. Llega como en el colegio, como en la infancia. Siempre esa ilusión de “llegar”, de picársela, ser quien observa el anhelo por conseguir la meta. Sentir el poder de decidir quien tendrá que volver una y otra vez a intentarlo.
Después sólo resuena la canción, con su tempo, su silencio, el juego se transforma, se conquista el espacio; sigue siendo divertido. Entonces surge el no querer ver y algo cambia. Más contenido, más hacia dentro. Aunque la visión sea desde no ver a observar, hay algo que se ha modificado, es una sensación más personal y, sin embargo, mantiene algo de infantil.. ¿De qué se esconde?, ¿Qué es lo que se busca?...
Entonces surge, la mujer que no quiere ver, que avanza y retrocede en una misma línea, como si salirse de esa recta supusiese perder el equilibrio, lo conocido, lo seguro y no quiere ver. Ya no es una niña jugando, es la esencia de ese juego que la enseñó a inhibir, a controlar. Se quedaría así parada, tapada, cubriéndose los ojos con sus brazos, sintiéndose recogida sobre sí misma y dejaría pasar el tiempo pero, el otro, la reclama, la busca, quiere que salga de sí misma. Ella le mira, le evita, no quiere ver. “No te empeñes, me quedaré cerrada, ciega; ¡vete!”. La ausencia es tan incómoda como la presencia, le quiere y no le mira; el hecho de intentarlo ya le honra pero no le será tan sencillo. Es como si ese cubrirse, la protegiera y, sin embargo, la hiciese sentirse infinitamente sola y le busca. No sabe si el otro entiende que no quiera ver porque parece estar en su propio juego, ajeno a la negativa, ausente y presente, ávido de expresar algo que aún no sabe qué es y ella, sólo por eso, le deja acercarse. Huye, una y otra vez, huye, ciega y cerrada; no es que no quiera ver, es que no puede.







sábado, 9 de octubre de 2010

EIKASIA

Platón describió[4] en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso, en el cual se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la primera que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es propio",[5] metáfora que encarna la idea de Bien.
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la caverna para "liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que éstos se rieran de él. El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado por el paso de la claridad del Sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero intenta desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice que éstos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la oportunidad, [6] con lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócrates por ayudar a los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte. (Wikipedia)




















Eikasía : Imaginación. Grado de conocimiento opinable (doxa) más bajo. Es el conocimiento que nos proporcionan las realidades más bajas (copias de copias) del mundo sensible: alucinaciones, sueños, sombras, poesía, pintura, escultura.

"Historias inconcretas en tiempos inconclusos" escrita y dirigida por Marisa Alonso


"...Almas vendidas a un desalmado. Corbata impecable, sensación de ahogo: ¡Corre si puedes!. Estás muerto y ahora viajas bajo tierra, la ciudad vive sobre tu cabeza y tú sientes el constante traqueteo, navegando entre tinieblas y estás muerto. Viajas en un ataúd metálico que ve pasar el tiempo que pierdes en plantearte cuánto tiempo has perdido.

No te apures, aún puedes buscar el cartel que te indique la salida.

Game over: Están muertos."






"Te voy a contar como nace este texto y que creo que te va a ayudar. Como sabes, los textos vienen de una ocasión que estuve asistiendo a un taller de escritura creativa. En el caso de la Trilogía de los dos puntos: El metro del tiempo, Quien te entienda que te compre y Mañana será otro día, los escribí como ejercicio propio para continuar adquiriendo agilidad mental y capacidad narrativa. Son desde dentro, sin demasiada coherencia pero que surgen de una motivación: escribir. Por aquella época estaba currando de secretaria y estaba más quemada que la leche. Aburrida de “amabilidad ausente….futuros frustrados y demás contratos sociales”; es decir, hasta el moño de la gentuza con la que trabajaba que además se permitían ir de abanderados de “esta es la realidad del mundo laboral”. ¡Gentuza!. Entonces, aprovechaba los trayectos en metro para escribir y para crear historias. En esas estoy cuando descubro que no tengo nada de lo que escribir excepto el momento presente: un túnel negro….miro las caras de por sí estúpidas….veo las ojeras y las caras de tristeza adoptando poses ridículas….¡Eso es lo que quise transmitir con este escrito: la vida cotidiana del tiempo cronológico! Están muertos porque no tienen expectativas, ilusión, entusiasmo. Se conforman con la mierda de vida que se supone “es la realidad y no se puede hacer nada para cambiarlo”.
Apuntes sobre Análisis del personaje para "EL METRO DEL TIEMPO".



Obra "Historias inconcretas en tiempos inconclusos" escrita y dirigida por Marisa Alonso




"... A mi me gusta la resolución que le hemos dado en el teatro. Me gusta esa sensación de confesión hacia esa persona que no puede replicar porque está fuera de todo. Cuando trabajé con enfermos de Alzheimer, observé que estaban en otro plano. Observé que algunos se ubicaban en una memoria a largo plazo, en su infancia, en su niñez; habían hecho una regresión. No vivían en tiempo presente porque no les interesaba sino que rememoraban un espacio tiempo donde se habían sentido más cómodos. Otros, conversaban tranquilamente con familiares que hacía mucho tiempo habían muerto, como si estuviesen conformando el lugar donde, en breve, irían. ¡Su reino no era de este mundo!...
El texto que tienes entre manos es muy dramático tal y como lo hemos planteado. Le estás diciendo al ser amado por antonomasia (Madre), que te hubiese deseado que ella pudiese disfrutar del sol, de la lluvia, de la brisa…y ahora no puede ser pero, en el fondo, es tu propio temor a verte en esa misma situación. En ese momento, en el que te sientes avocada a cuidar de tu “madre”, también te preguntas a ti misma, cuando has sido capaz de disfrutar de esas pequeñas-grandes cosas...."

Sugerencias para el Análisis del Personaje en "LA IMPORTANCIA".



Cuadro de TOTOM basado en trabajo de Expresión Corporal: "Sentir la fuerza de la gravedad; el aflojamiento en el cuerpo del otro; dejarse abandonar al mismo. La atmósfera sugerente, sensual, dio lugar a un título... AMANTES".

http://www.totom.info